¿Cómo abordar las diferencias entre hermanos?

  Para los padres que tienen más de un hijo, es común ver a los hermanos discutir en la convivencia diaria, en casa, el día puede pasar entre llantos, empujones, acusaciones de un hermano al otro, golpes; pero, ¿Qué hace que los hermanos discutan tanto? Las peleas entre hermanos se generan básicamente por dos motivos, el primero de ellos, se fundamenta en la necesidad de tener el amor de mamá o/y papá, puede traducirse en el miedo de perder su atención y afecto, el sentir que mamá o papá quiere más a uno que al otro, o simplemente, la necesidad de comprobar cuál de los hijos es el favorito, lo que nos lleva al segundo, el cual radica, en la necesidad de resaltar las diferencias y evidenciar la individualidad.

¿Cómo abordar las diferencias entre hermanos?

Estas situaciones de peleas o diferencias entre hermanos no son nuevas, en la Biblia, en el libro de Génesis en el capítulo 4, vemos ejemplos claros de discusiones entre hermanos (Caín y Abel), por la aprobación o aceptación de la autoridad (Dios). La competencia entre hermanos es normal, sin embargo, se convierte en un problema cuando deja de ser competencia y se convierte en rivalidad, ya que allí es donde entra la agresión.

Es inevitable que aparezcan sentimientos de competencias entre hermanos, cuando llega un nuevo miembro a la familia, las relaciones y los roles que cada uno ocupa cambian, generando ciertos sentimientos de inseguridad, desencadenando, sensaciones de pérdida de afecto de aquella figura de la cual necesita su atención y aprobación (padres).

En muchas ocasiones, la rivalidad entre hermanos, se genera por diversos factores, tales como, sexo, orden de nacimiento, edad; el hermano mayor, por ejemplo, suele ser el más exigido en todas las áreas, al que se le imponen más normas y disciplina, el que debe ser el ejemplo para el menor, es el líder, el guía, el más grande y por lo tanto, al que más se le demanda; en cambio, el hermano menor, es el más consentido, el chiquito de la casa, por lo tanto, al ser el más pequeño, es al que se le establecen menos limites, porque es el “bebé de la casa”, es el más relajado, por su parte, el hermano del medio, no es ni líder, ni consentido, eso le lleva a romper un poco las normas, por la necesidad de diferenciarse del resto y de buscar su propia identidad.

Hay conductas que pueden ser ejecutadas por los padres, que generan sentimientos de inseguridad en los hijos referente al amor que se les tiene, cuando se comparan uno con otro, por ejemplo, se proyecta la idea de que uno es mejor que el otro, cuando les colocan etiquetas “la ordenada de la casa”, “el flojo”, “el inteligente”, “la que no hace caso o es desobediente”, todo esto, genera una identidad en los hijos, de acuerdo a esas etiquetas, actuarán y se sentirán, también, cuando se tienen hijos preferidos, porque son más parecidos a los padres o más fáciles de sobrellevar, todo esto, conlleva a sentimientos de inseguridad que desencadenará discusiones, peleas y podría llevar a la rivalidad entre hermanos.

En tal sentido, para evitar este tipo de situaciones, es preciso que como papá o mamá:
  • Evidencies las habilidades y capacidades que tus hijos tienen, las resaltes y las valores, además de reconocerlas ante ellos, de este modo, les ayudarás a verlas y a sentirse seguros de sí mismos y del amor que tú les tienes.
  • Emplees tiempo de calidad con cada uno de tus hijos, cada uno de ellos, tiene necesidades emocionales distintas que deben ser atendidas.
  • Enseñes a solucionar los conflictos o diferencias sin agresión, a través del diálogo.
  • Seas justo en las decisiones que tomes con cada uno de tus hijos, ya que la injusticia, genera sentimientos de rebeldía.
Indira Galíndez
Psicólogo Clínico
F.P.V. 6934
@PsicoIndira
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