A nivel mundial, el uso de móviles y tecnologías ha aumentado significativamente en las últimas décadas, especialmente con la creciente adopción de smartphones y el acceso a internet móvil de alta velocidad.
Según datos del informe Digital 2021 elaborado por Hootsuite y We Are Social, se estima que a enero de 2021 había más de 5.220 millones de usuarios únicos de móviles en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente el 67% de la población mundial. Además, se espera que esta cifra continúe aumentando en los próximos años.
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En cuanto a la adopción de smartphones, se estima que más del 60% de la población mundial utiliza un smartphone en la actualidad. Además, se estima que alrededor del 91% de los usuarios de internet en todo el mundo acceden a la red a través de un dispositivo móvil.
En cuanto a la tecnología, el informe Digital 2021 también muestra que los usuarios de internet utilizan cada vez más servicios y aplicaciones en línea, como las redes sociales, el correo electrónico, la mensajería instantánea y los servicios de transmisión de video y música. Además, el uso de dispositivos inteligentes, como los altavoces inteligentes y los asistentes virtuales, también está en aumento.
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Por otra parte, la Biblia enfatiza la importancia de la sabiduría y la prudencia en la toma de decisiones y en la forma en que usamos nuestros recursos, incluyendo la tecnología. La sabiduría se define como la capacidad de discernir lo correcto de lo incorrecto y de actuar en consecuencia. Por lo tanto, debemos ser sabios al usar la tecnología para asegurarnos de que estamos utilizando nuestros recursos de manera responsable y ética.
Además, Dios también, nos enseña la importancia de tratar a los demás con amor y respeto. Debemos tener cuidado de no usar la tecnología para herir o dañar a otras personas, ya sea a través de la difusión de información falsa, el acoso en línea o cualquier otra forma de comportamiento dañino.
En resumen, la Biblia no proporciona una respuesta directa a la pregunta sobre lo que Dios dice en cuanto a la tecnología, pero sí ofrece principios generales y valores éticos que pueden aplicarse a cómo usamos y nos relacionamos con la tecnología. Es nuestra responsabilidad como individuos considerar estos principios y aplicarlos en nuestra propia vida y en nuestra interacción con la tecnología.
