El orgullo es la exaltación propia que nos aleja de Dios y de nuestros semejantes. Este se encuentra ligado a la soberbia, arrogancia e incluso la idolatría, lo cual tiene consecuencias para nuestras vidas.
A su vez, el orgullo genera egoísmo en tu vida, te enceguece, quitándote la oportunidad de ser empático y consciente de tu propia humanidad. Existen varios modos positivos de poder vencer el orgullo, uno de ellos es teniendo un verdadero encuentro con Dios.
Asimismo, otras de las formas más efectiva para poder vencer el orgullo es la humildad, y la Biblia nos anima en numerosas veces a serlo. Por ello, aquí podrás descubrir ¿Qué dice la Biblia sobre el orgullo? y, al mismo tiempo conocerás cómo vencerlo.
¿Qué dice la Biblia sobre el orgullo?
1. El orgullo es contado por pecado
El orgullo ciertamente es considero como un pecado porque la Biblia nos enseña que debemos ser humildes y reconocer que sin Dios no somos nada. Por lo tanto, cuando somos vanidosos entonces estamos rechazando a Dios, porque creemos que gracias a nuestros propios méritos es que somos salvos; pero en realidad es por Su Gracia que tenemos salvación y perdón.
También, el orgullo puede impedirnos que veamos con amor a los demás; y es importante recordar que Jesús nos mandó a amar a nuestro prójimo.
- Proverbios 21: 4 (RVR) «Altivez de ojos, y orgullo de corazón, y pensamiento de impíos, son pecado».
2. El orgullo tiene consecuencias desastrosas
Cuando una persona es altiva tiende a creer que está en la cima del mundo y por ende, que tiene éxito; pero en realidad la Biblia dice que el orgullo es el principio del fracaso. A su vez, la Biblia también señala que la inteligencia está con los humildes; por lo que debemos practicar la humildad y rechazar los pensamientos contrarios.
- Proverbios 11:2 (PDT) «Después del orgullo viene la humillación, pero la inteligencia está con los humildes».
- Proverbios 16:18 (DHH) «Tras el orgullo viene el fracaso; tras la altanería, la caída».
3. Dios rechaza a los orgullosos
Dios aprueba y acepta a quienes son humildes; pero no a los orgullosos. En la Biblia hay varios ejemplos de personajes que fueron humildes y Dios los engrandeció por esa razón; y en ninguna parte vemos que hizo lo mismo con los orgullosos. Es más, hay historias que sirven de ejemplo para que entendamos que el orgullo nos aleja de nuestro Señor.
- Lucas 18:14 (PDT) «Les digo que este se fue a su casa aprobado por Dios pero el otro no, porque el que se cree mucho será humillado, pero el que se humilla recibirá honor».
- Proverbios 16:5 (TLA) «Dios no soporta a los orgullosos, y una cosa es segura: no los dejará sin castigo».
- Salmos 138:6 (NVI) «El Señor es excelso, pero toma en cuenta a los humildes y mira de lejos a los orgullosos».
4. Siempre genera conflictos
El ser una persona orgullosa no solo afecta tu relación con Dios, sino también con todas aquellas personas que están a tu alrededor. De hecho, en la Biblia podemos encontrar que la arrogancia (orgullo) tiende a generar problemas con las personas y nos hace rechazar los consejos que tienen para nosotros. Por este motivo en todo momento es necesario practicar la humildad y rechazar toda actitud de altivez y orgullo.
Proverbios 13:10 (NTV) «El orgullo lleva a conflictos; los que siguen el consejo son sabios».

El orgullo es una actitud a la cual nosotros mismos debemos decidir renunciar, pedir a Dios que nos ayude a cambiar y de esta manera permitir que Dios ponga en nuestras vidas un espíritu de mansedumbre y humildad.
«Dios no nos hace un llamado a que nos auto despreciemos, sino al contrario que descubramos nuestro propio valor, sin la necesidad de menospreciar, subestimar y humillar a los demás» (Romanos 12:3).
Recuerda, puedes vencer el orgullo con la humildad. En ese sentido, la humildad dentro de la vida cristiana no es una opción, es algo que debería de caracterizar a todos los creyentes, no en vano Jesús dijo: «… Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón…» (Mateo 11:29).