El instruir a los más pequeños de la casa en los caminos del Señor es una responsabilidad de todos los padres y para ello se deben emplear las mejores estrategias, con el fin de obtener los mejores resultados.
Cuando tus hijos entran a la etapa de la adolescencia, como padre tienes la responsabilidad de ayudarlos a desarrollar buenos hábitos de interacción con la Biblia, y una de las claves es encontrar un enfoque que sea apropiado para su edad.
La importancia de las Escrituras en sus vidas les será de gran ayuda conforme crezcan, pues aprenderán lo esencial del temor a Dios y serán más prudentes a la hora de tomar decisiones.
En ese sentido, como padres deben esforzarse por mostrarle a sus hijos desde pequeños el mejor camino a seguir y qué mejor mapa que la Palabra de Dios para ello.
Por esto, hoy hemos decido presentarte una serie de consejos para enseñar a tu hijo a leer la Biblia. ¡No pierdas tiempo y ponlas en práctica!
1. Escoge una hora y un lugar regular para la lectura de la Biblia:
Normalmente, los niños tienden a amar una rutina, un tiempo regular y anticipado con mamá y/o papá asociado con una actividad en particular. La lectura esporádica y aleatoria de la Biblia puede no involucrar a tus hijos de la misma manera que un tiempo «especial», regular, planeado y priorizado.
Por ejemplo, un buen momento para leer la Biblia puede ser antes de ir a la cama. Aproximadamente unos 15 a 20 minutos antes de acostarse, puedes reunirte junto a tus hijos en su habitación para leer una historia bíblica, hablar juntos sobre ella, y orar.
Con el pasar del tiempo, esto hará que ellos por su cuenta propia anhelen que llegue esa hora del día y que se convierta en un proceso tan regular y natural como cepillarse los dientes. Incluso puede ayudarles a dormir mejor, como suele ser con muchas rutinas a la hora de acostarse.
2. Lecturas cortas:
Seguramente tendrás que cuidarte de no ser demasiado ambicioso al principio. Aunque creemos en el poder de la Palabra de Dios, los padres siempre quieren que sus hijos estén expuestos a ella lo más que se pueda.
Y es entonces cuando deciden leerles dos capítulos completos de Génesis cada noche. Claramente, los ojos de un niño de 5 años probablemente comenzarán a mirar al vacío a comenzar con el segundo capítulo.e
Por ello, es sumamente importante que elijas pasajes bíblicos totalmente manejables, siempre deberán escogerlos bajo criterios bien pensados. Puedes decidir comenzar en Génesis y leer la Biblia secuencialmente. La clave está en no apresurarte y pensar con antelación sobre los pedazos adecuados para cada día.
3. Detenerse para explicar y medir la comprensión
Aunque el pasaje elegido sea solo un capítulo, eso puede ser mucho para que un niño pequeño lo pueda comprender, si se lee todo de una vez. Entonces, será muy importante que te detengas a menudo en el camino, explicarles algunas cosas, hacerles preguntas para medir la comprensión que van teniendo y asegurarte de que de verdad te están siguiendo y captando lo que el pasaje está diciendo.
4. Piensa en preguntas de conversación apropiadas según la edad
Debes siempre pensar en algunas preguntas básicas para tus hijos que les ayudarán a hacer tres cosas con el pasaje que le has leído: Solidificar su comprensión del pasaje, conectarlo con la historia general de la Biblia, y aplicarlo a sus vidas.
Cuando haces preguntas sencillas, estás haciendo mucho más que “evaluarlos” para asegurarte de que realmente estaban prestando atención. En realidad, los estás guiando, interactivamente, en un tiempo de interpretación y aplicación de la Palabra de Dios.
A su vez, los estás preparando para que en los próximos años ellos mismos interactúen directamente con las Escrituras.
5. Conecta cada pasaje a Jesús
Jesús hace una declaración increíble, en Juan 5, dirigida a los fariseos: “Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de Mí!”. De esta manera, Jesús nos dice, en términos inequívocos, que las Escrituras están centradas alrededor de Él: su encarnación, su vida, su enseñanza, su muerte, su resurrección y su regreso.
Ahora bien, ¿Qué significa esto para la lectura diaria de la Biblia con tus hijos? Significa que si estás tratando de ayudarles a entender cualquier parte de la historia bíblica, debes darles una idea de cómo esa parte se conecta con el personaje principal de esa gran historia.
6. Deja que la lectura de la Biblia los lleve a la oración
Escuchar a los niños que están aprendiendo a orar es lo más gratificante para sus padres. A pesar que, sus oraciones pueden ser graciosas en su simplicidad y autoenfoque. Puede que mientras sean niños, Dios se termine escuchando oraciones hechas a favor de perros, películas, gente imaginaria, y por supuesto, juguetes codiciados.
Sin embargo, si somos honestos, durante esa etapa de niñez, las oraciones de tus hijos son en realidad “versiones infantiles” de tus propias oraciones.
Porque muchas veces puedes recurrir a la oración solamente por las necesidades y deseos que tienes, en lugar de dedicar tiempo a alabar y adorar a Dios, y pedir la obra de su Espíritu Santo en las vidas de otros.
Así que, una forma de crecer en nuestras vidas de oración es amarrar intencionalmente nuestras oraciones a nuestra lectura. Por ello, puedes ayudar a tus hijos a responder a Dios diariamente, basado en las formas en que Él les está hablando a través de las Escrituras.
Como padres tengan siempre ten presente que el mejor regalo que le pueden dar a sus hijos es la exposición diaria a la Palabra de Dios, alimentada con la oración.