Una familia completamente devastada y cegada por otras creencias e ídolos fue restaurada y salvada cuando se encontraron con Jesús en las profundidades del abismo en medio de un lugar verdaderamente inesperado.
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El testimonio de Isela comienza con la crianza de su familia en un hogar problemático cuando ambos se convirtieron en padres en su adolescencia. «Mi madre tenía 14 años y mi padre 16», dijo Isela a la ciudad de Naryaporhukondo.
Cuando eran jóvenes tenían grandes dificultades económicas y no tenían casa propia, por lo que durante muchos años vivieron con otros parientes católicos, y la niña, además de su padre, creía que eran los dioses de las estatuas y los estucos.
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Crecí viendo la adoración de Una persona violenta viene con su madre. «Vi a mi padre lastimar físicamente a mi madre. Era un hombre muy violento y alcohólico. Por eso crecí pensando que los hombres deberían tratar a las mujeres de esa manera. Un lugar donde las mujeres estén tranquilas y los hombres puedan hacer lo que quieran. . . Siempre lo dije», reveló.
Además, agregó que la situación empeoró cuando fue deportado de Estados Unidos a otro país poco después de salir de casa. “Ella era mi mundo. Y como hija, me dolía. No tenía otra opción. Así que nos quedamos en un hotel por un tiempo, pero nos quedamos sin dinero”, recuerda Isela del tiempo que vivió con su madre.
Fueron llevados a un refugio de animales en la calle y luego detenidos con la ayuda del personal del centro social. Las jóvenes contaron que un día había una fiesta en su pueblo y su madre estaba triste porque no tenía dinero para llevar a su familia, entonces decidió caminar porque no sabía cómo sería la vida de ellas no sabrian como cambiar para siempre.
«Mientras caminábamos, escuchábamos música de cristiana, y nunca antes habíamos escuchado música de cristiana. Lo era», dijo sobre su familia escuchando música en el parque. Un área donde la iglesia local se ha reunido para adorar a Dios afuera.
Este servicio tocó el corazón de la madre, y para la joven su vida se convirtió en un lugar tranquilo y pacífico que nunca antes había conocido, y una salvación para todos. Quiero decir que él (el pastor) y su familia nos salvaron. Porque a partir de ese momento apareció un arco iris en el cielo y se sintió como un nuevo comienzo en el parque.
«Fue un punto de inflexión para mi familia», dijo. Continuó sus encuentros, conoció a Dios en un retiro de jóvenes, fue bautizado en el Espíritu Santo y cambió de familia. “Recuerdo la primera vez en mi vida que conocí a un Dios que habla en lenguas, y no sabía que hablaba en lenguas”, dijo. “Poco a poco empezamos a derribar los altares de ídolos que teníamos y ¡mi familia se salvó!”, finalizó.
Fuente de información: BibliaTodoNoticias.
