El enojo, desconcierto y conmoción se apoderaron de las Islas Feroe tras la matanza «récord» de más de 1.400 delfines en un día.
El «grindadráp» (un término en feroés que hace referencia a la caza de mamíferos marinos, principalmente ballenas) es una tradición que se ha practicado durante cientos de años y que hoy en día es legal en este territorio autónomo de Dinamarca.
De modo que, para el pasado domingo 12 de septiembre, todo parecía indicar que la caza de delfines en Islas Feroe transcurriría como siempre, con total normalidad.
«Cuando se encontró la manada, estimaron que solo había 200 delfines», contó Olavur Sjurdarberg, presidente de la Asociación de Balleneros de las Islas Feroe, a la prensa de BBC.
De modo que, los barcos de los locales condujeron a los llamados delfines de flancos blancos a la playa de Skálabotnur en Eysturoy y allí estos fueron asesinados con cuchillos.
Sin embargo, cuando la matanza comenzó fue que descubrieron el tamaño real de la manada: eran más de 1.400 delfines y todos murieron. Al respecto, Olavur Sjurdarberg, quien no participó en la cacería, comentó: «Fue un gran error» y reconoció que la misma se trató de una matanza excesiva.
«Alguien tendría que haberse dado cuenta», afirmó. «La mayoría de la gente está en shock por lo que pasó».
Por su parte, el gobierno de las Islas Feroe, declaró que cada año se capturan en promedio unas 600 ballenas piloto, unos cetáceos que pueden llegar a pesar más de 3.000 kilos.
En cambio, los delfines de flancos blancos, se capturan en cantidades más bajas: fueron 35 en 2020 y 10 en 2019.
Los partidarios de la caza de ballenas y delfines aseguran que es una forma sostenible de recolectar alimentos de la naturaleza, además de un componente importante de su identidad cultural.
No obstante, los activistas por los derechos de los animales están en desacuerdo y consideran que estas matanzas son crueles e innecesarias.
En tanto, las imágenes de la caza de delfines del pasado domingo muestran a los animales luchando por nadar en aguas poco profundas y enrojecidas por la sangre, mientras cientos de personas observan desde la playa. Luego los cadáveres fueron llevados a tierra y distribuidos entre los locales para su consumo.
De modo que, tras lo sucedido, Bjarni Mikkelsen, un biólogo marino de las Islas Feroe, señaló que, según los registros, nunca se habían matado tantos delfines en un solo día allí. En ese sentido, el récord anterior, aseguró, fue de 1.200 delfines en 1940. Le siguen 900 en 1879, 856 en 1873 y 854 en 1938.
Por ello, la magnitud de la matanza de este domingo provocó conmoción e incluso despertó críticas de grupos involucrados en la práctica, algo que es inusual.
La reacción nacional fue de «desconcierto y conmoción debido al número extraordinariamente grande», afirmó Trondur Olsen, periodista de la emisora pública de las Islas Feroe “Kringvarp Foroya”. Aun así, según Sjurdarberg, la captura fue aprobada por las autoridades locales y no se infringió ninguna ley.
A pesar de ello, Sjurdur Skaale, un parlamentario danés por las Islas Feroe, enfatizó que, matar delfines es «legal pero no popular». Además, este lunes Skaale visitó la playa de Skálabotnur para hablar con los lugareños y tras su recorrido por el lugar, aseguró que: «La gente estaba furiosa».
Sin embargo, dicho parlamentario danés defendió la caza, al mismo tiempo de asegurar que es «humana» si se hacía de la manera correcta.
Por consiguiente, eso implica que los cazadores deben tener un certificado de formación oficial y utilizar una lanza especialmente diseñada para ello, la cual corta la médula espinal de la ballena o delfín antes de cortar el cuello.
De hecho, Skaale afirmó que con ese método, debería llevar «menos de un segundo matar a una ballena». En su opinión, «desde el punto de vista del bienestar animal» esto es «mucho mejor que mantener vacas y cerdos encarcelados» para luego comerlos.
Aunque, activistas de Sea Shepherd sostienen que la matanza de delfines y ballenas «rara vez es tan rápida» como el gobierno de las Islas Feroe afirma.
«Las cacerías de ‘grindadráp’ pueden convertirse en masacres prolongadas y desorganizadas», aseveró el grupo.
Finalmente, comentaron que, «las ballenas piloto y los delfines pueden morir en largos períodos frente a sus parientes mientras están varados en la arena, rocas o simplemente luchando en aguas poco profundas».