Dos de los diecisiete norteamericanos secuestrados hace más de un mes por una banda armada en Haití fueron liberados y están a salvo, aseguró este domingo la congregación religiosa Christian Aid Ministries (CAM) a la que pertenecen.
En un comunicado la CAM, con sede en Ohio, afirmó que recibió información de que “dos de los rehenes en Haití han sido liberados” después de cinco semanas sin noticias sobre el paradero del grupo secuestrado.
Los 16 estadounidenses y un canadiense, incluidos cinco niños, y el conductor del autobús, de nacionalidad haitiana, fueron secuestrados en octubre después de visitar un orfanato en Puerto Príncipe con el que colaboraban.
Los misioneros liberados este domingo están a salvo, “de buen humor y siendo atendidos”, dijo la organización religiosa reservando los nombres de los liberados o cualquier otra información referente al secuestro.
“Si bien nos regocijamos por este comunicado, nuestro corazón está con las 15 personas que aún están detenidas”, señala la nota.
El secuestro del grupo religioso fue reivindicado en un video por una banda conocida como 400 Mawozo, en español «400 del pueblo» que aseguró que los mataría si no recibía un millón de dólares por persona, aunque no estaba claro si el precio incluía a los niños.
El incidente ha puesto de relieve el grave problema de seguridad y violencia que atraviesa el país caribeño, atribuidos a la crisis económica y la ausencia de poderes.
El Gobierno de Estados Unidos ha instado a sus ciudadanos a abandonar Haití debido a la creciente ola de violencia, mientras, Canadá anunció el viernes que retiraría a todo el personal esencial de su Embajada.
En una entrevista reciente con diario EL PAÍS, de España, Gédeon Jean, director de la organización (CARDH) que contabiliza la violencia en Haití, describió a las nuevas bandas de secuestradores como una combinación de narco mexicano, pandillas centroamericanas y la exguerrilla colombiana en cuanto a sus ansias de poder.
“Son cerca de 200 en todo el país y emplean a miles de personas, aunque con diferentes niveles. Está el que envía datos, el que vigila las calles, el que ejecuta, el que cobra, los capacitadores (…) hay muchos niveles”.
Las bandas violentas en Haití están cada vez más armadas y han encontrado en los secuestros la forma de ganar poder y dinero. Entre julio y septiembre se contabilizaron 221 secuestros.
Los secuestros son el pan nuestro de cada día para los haitianos. Más de dos personas diarias entre los que hay comerciantes, vendedores ambulantes, médicos, estudiantes, niños y religiosos, son víctimas de secuestro.
Según Jean “En el 90% de los casos son liberados después de varios días y es muy raro el caso en que son asesinados. El objetivo es tener dinero y también crear una crisis y una desestabilización política”, señaló Gédeon.