Servir a Dios y a tu prójimo

Servir a Dios y a tu prójimo.- Algo esencial para cada creyente es sentir el anhelo y la responsabilidad de servir a Dios y a su prójimo, con el don o los talentos que le fueron dados.

Servir a Dios y a tu prójimo

Al respecto, el diccionario de la Real Academia Española nos señala que la palabra servir significa «Estar al servicio de alguien. Estar sujeto a alguien por cualquier motivo haciendo lo que él quiere o dispone.»

Por consiguiente, el servicio a Dios no es un simple trabajo como lo consideran algunos, es una responsabilidad que tenemos todos los que somos hijos de Dios. Ahora bien, el servicio demanda 3 cosas: esfuerzo, sacrificio y amor.

«Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros», 1 Pedro 4:10 (NTV).

Servir a Dios y a tu prójimo

Servir a Dios y tu prójimo

1. Esfuerzo.- Toda responsabilidad requiere de un esfuerzo, sino te esfuerzas no logras nada. Además, sabemos muy bien que Dios no llama a hombres flojos, sino a hombres trabajadores. Por lo tanto, no debe haber lugar para la pereza en tu vida. Si deseas servir a Dios debes hacerlo con todas tus fuerzas y lo más importante hacerlo de todo corazón.

Proverbios 12:24 «Trabaja duro y serás un líder; sé un flojo y serás un esclavo».

2. Sacrificio.- Sacrificar tu tiempo o cosas para servir a Dios valen la pena, porque a Él es a quién servimos. De hecho, Jesús nos enseñó que el verdadero servicio requiere sacrificio, porque muchas veces ni siquiera tendrás las comodidades básicas que desees. Y es allí donde debes recordar que es a Dios a quién sirves.

Lucas 9:62 «El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios».

3. Amor.- El amor es totalmente indispensable para todo lo que vayas a hacer, porque Dios habita en tu corazón. Ahora, si decides sirves renegando o de mala manera, entonces Cristo no está en tu corazón y el servicio que haces no es para Él.

Colosenses 3:23-24: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís».

Asimismo, debes siempre tener en cuenta que Jesús vino para servir y no para ser servido. Por esa razón, como hijos amados debemos ser imitadores de Él y servir con esfuerzo, sacrificio y amor.

Recuerda, la Biblia nos relata en 1ra de Corintios 15:58 lo siguiente: «Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano».

 

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